domingo, 19 de junio de 2011

Falacias Inmobiliarias 2.0


Los últimos datos sobre el sector inmobiliario son muy desalentadores, aunque ha sucedido lo que se esperaba. Las hipotecas cayeron un 20,2% en marzo y las compraventas también caen con fuerza. Los efectos fiscales temporales produjeron un espejismo de aumento de compraventas y ralentización de la caída de precios que se ha disipado. Pero ¿qué está pasando ahora con los precios de la vivienda en España? Pues algo similar a lo que vimos en EE UU: un double dip, o caída doble, en la velocidad de bajada de precios como consecuencia del fin de los estímulos fiscales de 2010. En EE UU, la desgravación temporal de 8.000 dólares por la compra de primera vivienda, vigente entre 2009 y abril de 2010, redujo el ritmo de caída de los precios, que casi había alcanzado el 20% anual. De hecho, durante los primeros meses de 2010 los precios de la vivienda volvieron a subir. El economista jefe de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de EE UU decía que las desgravaciones habían conseguido mantener la riqueza de las familias norteamericanas, un eufemismo para decir que habían conseguido parar la caída del precio de la vivienda. Eso sí, con un coste elevado y, lo que es más importante, con ínfimo efecto de creación de nueva demanda: el 75% de los compradores reconocían que habrían adquirido la vivienda incluso si no hubiera habido desgravación.

El fin de la desgravación en EE UU hizo que los precios volvieran a bajar de forma acelerada. Los últimos datos muestran que se ha perdido ya más del incremento de comienzos de 2010. La caída desde el pico se sitúa en el 33,1%, máximo desde que comenzó la debacle inmobiliaria (40% en términos reales, el doble que la caída en España según los datos de Fomento).

En España, la situación ha sido análoga. Los anuncios de aumento del IVA y el ITP (en algunas comunidades) en julio del año pasado y el fin de la desgravación a partir de enero de 2011 habían conseguido reducir el ritmo de caída de los precios desde el 8,3% hasta el 3,5% de finales de 2010. La potencia anticipatoria de los cambios fiscales es muy evidente: el crecimiento intermensual de las compraventas en junio y en diciembre de 2010 fue del 66% y 64%, respectivamente. La caída en julio fue del 55%. Como era previsible, a partir de 2011 se ha acelerado de nuevo la caída de precios. Según Tinsa, los precios caían en mayo el 5,9%. A esto habrá que añadir el efecto desalentador sobre las compras que tiene la intención del PP de recuperar la desgravación a la vivienda si gana las próximas elecciones.

Pero a pesar de esta situación, o quizá por ella, ha aparecido una letanía de nuevas falacias inmobiliarias. ¿Recuerdan las falacias 1.0? El precio de la vivienda nunca cae; alquilar es tirar el dinero; los precios tienen que subir hasta igualarse con los europeos; todos los extranjeros quieren comprar casas en España, etcétera. Pues ahora tenemos las falacias versión 2.0. La primera es que la proporción de renta destinada a pagar una hipoteca está tan baja como en 1995. ¡Todos a comprar! Pero hace ya trimestres que esto es así y la demanda no se recupera. El motivo es sencillo: este indicador es absolutamente irrelevante en la actualidad, puesto que se calcula al tipo de interés corriente. En estos momentos, las entidades financieras son muy reacias a conceder hipotecas que superen el 30% de la renta familiar suponiendo un tipo de interés de largo plazo, o sea, entre el 4% y el 5%. Vamos, lo lógico para un producto a 25 o 30 años. El indicador relevante a largo plazo es el cociente del precio de la vivienda sobre la renta familiar disponible. Teniendo en cuenta que esta ratio volverá al nivel preburbuja -en torno a cuatro años de renta para comprar una vivienda media-, las predicciones del director del Servicio de Estudios del Banco de España en una conferencia inmobiliaria hace unas semanas son muy optimistas, aunque los asistentes parece que no apreciaran su buena predisposición. Como la renta disponible familiar no se espera que suba significativamente, a los precios de la vivienda les quedaría algo más de un 20% de caída. Si se calcula la caída de precios que haría falta para volver a los niveles normales de rentabilidad del alquiler, otro indicador estructural, el resultado es prácticamente el mismo: algo más del 20%.

La segunda falacia es la insistencia en que los mercados inmobiliarios son locales y que en algunos sitios, indeterminados, no queda stock y los precios ya están subiendo. El objetivo es obvio: crear en el potencial comprador el sentido de incertidumbre y urgencia que existió durante la burbuja. “¿Será donde yo quiero comprar uno de esos sitios?”. Es obvio que los mercados inmobiliarios son locales, pero la financiación es global. La teoría de los mercados locales ya nos la vendieron cuando se dijo que los problemas inmobiliarios de EE UU no afectarían a España. La burbuja la hinchó el crédito y la desinfla la falta de crédito. Y esto afecta tanto al centro de Madrid como a la costa de Valencia. Además, los datos de Tinsa muestran que la caída de precios en grandes ciudades es superior a la observada en otros municipios no costeros. Incluso usando los datos del Ministerio de Fomento se comprueba que los precios han caído mucho más desde el máximo en aquellos lugares donde a finales de 2007 los precios eran más altos (grandes ciudades) y/o había más stock de viviendas por vender.

La tercera falacia es la que asegura que el sector inmobiliario se puede recuperar sin que los precios bajen más. Las bajadas de precios han llegado a su límite, nos dicen con solemnidad los promotores y constructores. Sin embargo, ninguno de los factores que explican la demanda de vivienda tendrá signo positivo en bastante tiempo. Todas las previsiones apuntan a que el desempleo se mantendrá elevado, la renta per cápita prácticamente no crecerá y los tipos de interés tienden a subir sin remisión. Tampoco parece probable que el crédito se recupere. Además, las encuestas de expectativas señalan que los compradores siguen pensando que los precios están sobrevalorados y esperan caídas adicionales de los precios sin que se observe ninguna urgencia en la compra. En estas circunstancias es difícil pensar que la demanda residencial pueda recuperarse. La ecuación solo puede cuadrar de una manera: que los precios sigan cayendo.

Autor: José García Montalvo

lunes, 6 de junio de 2011

Una gran bola de mierda se nos viene encima.

Días atrás el ministro Pepinho Blanco y la ex-ministra del Ministerio de Vivienda (y ahora degradada a Secretaria de Estado) Beatriz Corredor estuvieron cacareando por el mundo entero las "bondades" del sector ladrillil ejjpañol, señalando que justo ahora es un momento "óptimo" para comprarse el zulito de los mil amores por las Españas. Son unos auténticos "Calientapisitos", macarras de cuello blanco que por todos los medios y malas artes tratan de colocar los ladrillos del Reino a cualquier despistado que se les cruza.

En el tema inmobiliario resulta muy curioso como aún queda gente que traga a pie juntillas con todas las falsedades del triángulo de las Bermudas de España formado por Gobierno, Constructoras y Banca. Y lo más triste de todo es que toda esta sarta de mentiras y falsedades las suelten sin pestañear y sin que les caiga la cara de vergüenza. Es indignante que muchos callen vilmente ante tal sarta de mentiras. Para muchos ha sido preferible que la economía siga estancada eternamente con el solo objetivo de mantener una ficción de funestas consecuencias. Personalmente ando en deseos de que en un futuro cercano podamos empapelar a muchos de estos memos por su actitud negligente en toda esta crisis y por sus declaraciones torticeras a favor de la compra tochil que ha inducido a muchos a un error que les ha ocasionada una pérdida patrimonial en el mejor de los casos. Islandia ya ha dado un primer paso en este sentido sentando en le banquillo de los acusado a todo un primer ministro

Y viendo como anda todo el panorama ladrill ejjpañol (41 meses de bajadas de precios desde 2007 y descalabro sin precedentes en el primer trimestre de 2011), digo yo, a todo esto, ¿dónde están los expertos y economistas del Inside job español? Aquellos que decían que la demanda justificaba construir 800.000 viviendas anu ...ales. Todos aquellos que decían que el sistema financiero español no tenía ningún problema. Aquellos que decían que la crisis no llegaría a España. Pues ahí siguen: ahora dándonos lecciones de cómo salir de la crisis. Son la purria, la mierda de todo este país: PSOE, PP, CiU, PNV, .., MAFO, Patronal, etc...

En toda esta historia, hay muchos por qués sin respuesta; ¿Por qué países soberanos que no permiten amenazas ni de terroristas ni potencias extranjeras se pliegan ante los banqueros?. Por qué se privatizan las ganancias pero se nacionalizan las pérdidas?. ¿Por qué se cambian las leyes contables para los bancos y se les permite hacer valoraciones de activos fuera de la realidad?.¿Por qué los Estados no se han puesto a investigar el fraude bancario ?.¿Por qué los contribuyentes pagan y no los accionistas, bonistas y ejecutivos junto con los deudores que se endeudaron de más?.¿Por qué los banqueros siguen repartiéndose bonus cuando siguen mamando de la teta del contribuyente?. ¿Qué tipo de liberalismo es aquel donde el contribuyente tiene que cargar con pérdidas de actores privados?...,

Ahora con el estallido de la burbuja inmobiliaria muchos españoles, ahogados por las hipotecas contraídas en los años de bonanza y subidas meteóricas del precio de las viviendas, configuran toda una generación de perdedores. Personalmente creo que lo ocurrido en este país con la burbuja inmobiliario es un desastre de tal naturaleza, que puede decirse que España no conoce drama semejante desde la Guerra Civil.

Así pues, hay que hacer un cambio de chip, hay que cambiar el paradigma de la generación de la postguerra, donde el pisito en propiedad era la representación el éxito. Que las nuevas generaciones se olviden de los objetivos vitales de las generaciones postguerra. En las sociedades del conocimiento la hipoteca para la compra de zulito no es más que un enterrador de recursos financieros y un atascador de desarrollos profesionales y personales.. Muchos con las protestas del 15M se han empezado a dar cuenta de todo ello.